Hace décadas, en el bullicioso Centro Histórico de la Ciudad de México, las cantinas florecían en cada esquina. Sin embargo, el tiempo inexorablemente transformó este paisaje, hoy las cantinas que ya no existen evocan nostalgias que se entrelazan con historias vividas.
Inicialmente, al cruzar la entrada de madera, la atmósfera de las cantinas transportaba a sus visitantes a otro mundo. Los parroquianos, con risas y anécdotas, compartían su vida cotidiana mientras disfrutaban de un trago tradicional.
Buenos Aires
En el bullicioso Centro Histórico de la Ciudad de México, la Cantina Buenos Aires se erigió en 1940. Ubicada cerca del Hotel Buenos Aires, ostentaba un concepto tradicional en su época. Hoy, un punto de referencia para los aventureros del safari cantinero.
Resaltando las virtudes de la cantina tradicional, su barra completa y murales evocan la época dorada. Es un espacio donde se elaboran botanas y se disfrutan tragos tradicionales como el Tequila Pedro Infante y la cerveza artesanal.
Amenidades como mariachis en vivo y zona de fumadores con karaoke atraen a los visitantes. El futbolito y la rockola cantinera prometen diversión entre amigos. La Cantina Buenos Aires, en la esquina de 5 de mayo y Motolinea, late en el corazón histórico.
La Cantina Buenos Aires, cerro sus puertas en el año 2020, pero su legado persiste en la memoria de quienes alguna vez la frecuentaron.
Su atmósfera era un refugio de la vida cotidiana, una pausa en medio del trajín urbano. Cantinas que ya no existen, pero cuyos recuerdos perduran en el corazón de la CDMX.
La Mundial
Durante muchos años la calle de Bolívar fue sede de La Mundial uno de los lugares preferidos de los chilangos. Aquí, el encuentro social se fusionaba con tragos refrescantes y buena comida.
Sus comensales evocan este espacio como un refugio del bullicio. El servicio al cliente era su distintivo, donde grupos de amigos, familias y parejas disfrutaban de su variedad de botanas y sazón.
Sin embargo, durante la pandemia por Covid-19, La Mundial cerro sus puertas. Recientemente, se anunció que el espacio se puso en renta. Sus comensales recuerdan con nostalgia los buenos momentos vividos aquí.
En esta cantina ya no existen las risas contagiosas ni las charlas animadas. El lugar que solía ser testigo de tantos encuentros ahora está vacío.
Cantinas que ya no existen dejan un vacío en el Centro Histórico de CDMX.
La Vaquita
En la intersección de Mesones e Isabel La Católica, La Vaquita era una cantina icónica de Chilangolandia. Desde 1920, fue testigo de encuentros con Cantinflas, Frida Kahlo y Diego Rivera.
Adornada con mosaicos y espejos, La Vaquita ofrecía una experiencia única. El legendario trago Colibrí y las exquisitas tortas formaban parte de su encanto.
Sin embargo, la pandemia interrumpió sus servicios. Pronto, un anuncio de renta confirmó su cierre definitivo.
La Vaquita se convirtió en una de esas cantinas que ya no existen en el Centro Histórico.
El bullicio y la vitalidad que una vez llenaron sus paredes ahora son solo recuerdos. La Vaquita, con casi un siglo de historia, se suma a la lista de lugares perdidos en la transformación de CDMX.
Salón Luz
En el Centro Histórico, en Gante 21, el icónico Salón Luz cerró sus puertas. Durante más de 100 años, fue un lugar de encuentro muy popular. Aunque era una cantina, su ambiente era familiar.
Su menú combinaba la sazón mexicana con la europea. Ofrecía una amplia oferta culinaria que satisfacía a todos. Además, tenía buena música y tragos perfectos para toda ocasión.
Lamentablemente, las restricciones sanitarias lo forzaron a cerrar de forma permanente. El Salón Luz se une a la lista de cantinas que ya no existen en la CDMX.
Desde el año de 1914 hasta el 2021 este lugar se convirtió en un clásico que hoy ya no existe pero que dejo grandes recuerdos a sus parroquianos.
Salón Madrid
En el bullicioso Centro Histórico de la CDMX, un lugar emblemático fue la Policlínica. Alumnos de medicina la frecuentaban, llamándola así por su estilo peculiar.
En sus paredes, placas evocan la nostalgia de días pasados. Los dueños, hábiles en reparaciones improvisadas, mantuvieron viva su esencia.
A pesar de sus extravagancias, como el mural pastel o el altar de San Juditas, la Policlínica irradiaba encanto. Turistas y locales compartían la experiencia única de este lugar.
Sin embargo, la Policlínica cerró sus puertas en 2018, dejando solo recuerdos en sus paredes. Es una de esas cantinas que ya no existen en la CDMX.
Aunque su legado vive en las anécdotas de quienes la frecuentaron, la Policlínica es ahora parte del pasado del Centro Histórico.
Cantinas que ya no existen su legado permanece en la memoria
El tránsito inexorable del tiempo dejó su marca en el paisaje urbano. Las nuevas generaciones apenas pueden imaginar la vitalidad que alguna vez impregnó estas calles. Las Cantinas que ya no existen son ahora meras sombras en la memoria colectiva.
A pesar de su desaparición física, el legado de estas cantinas perdura en el espíritu del lugar. Su influencia se extiende más allá de las paredes que las albergaron. La esencia de aquellas noches de tertulia sigue flotando en el aire del Centro Histórico, recordando tiempos pasados.
Viajar, conocer el mundo es el sueño de muchos, un día dejé mi oficina y me puse a recorrer México y el mundo, ahora organizo viajes y me divierto escribiendo reseñas viajeras y guías turísticas. A viajar!
